Skip to main content

A veces, el mundo que nos rodea parece tan cruel y tan caótico que es difícil recordar cuándo sentimos por última vez una sensación de paz interior o cómo encontrar la paz.

En esos momentos difíciles o caóticos  de la vida , la atención plena puede ayudarnos a cultivar momentos de quietud en el ojo de la tormenta y así poder encontrar la paz que necesitamos.

Encontrar la paz, ese es el tesoro más grande que el mindfulness me ha regalado, el aprender a estar con lo que hay. Personalmente he experimentado y el trabajo con mis pacientes me confirma que, cuando tenemos este recurso, podemos capear lo que la vida nos arroja. 

Tres maneras para cuidar de tu propio bienestar en momentos difíciles:

1) Primero, permítete sentirte reconfortado por la respiración consciente. Si ya tienes algo de práctica, sabrás como la atención centrada en la respiración puede ser un bálsamo para la mente agitada. Puedes dirigir buenas intenciones hacia ti y hacer prácticas de compasión.

Una práctica de meditación de bondad amorosa puede ayudar a calmar las emociones desagradables y aumentar las positivas. Pronto compartiré audios para que puedas descargarte, pero de momento te puedo recomendar que realices   la meditación metta hacia uno mismo (9:10) de Vicente Simón, o alguna que a ti te calme o te ayude a encontrar la paz.

2) Recordar nuestra humanidad compartida. No estamos solos. Podemos conectar con un compañero de viaje, imaginar lo que nos diría nuestro/a mejor amig@, o imaginar la voz de una persona que sientas como un apoyo.

Cuando sentimos agotamiento o desesperación, nuestra respuesta de lucha o huida puede hacer que nos aislemos. Esto no hace más que aumentar nuestra sensación de soledad e incrementar la angustia y el dolor.

Al igual que tu alguna vez has ofrecido ayuda a tus amigos, familiares, vecinos, desconocidos en la parada del autobús, permítete ahora recibir algo de amor y compasión de quienes te aprecian.

3) Finalmente, permanece presente con tus sentimientos difíciles. Algunas emociones son tan poderosas que nuestro impulso natural es silenciarlas, temiendo que arrasen con nosotros si realmente sentimos su fuerza.

Una forma más efectiva de aliviar los pensamientos y emociones tumultuosas, es dejar que sean lo que son, así podrás encontrar la paz que tanto necesitas.