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¿Las parejas abiertas funcionan?

parejas abiertas funcionan. tres flores blancas

¿Qué son las parejas abiertas y cómo funcionan?

Cada vez es más común escuchar acerca de las relaciones de pareja abiertas, y aunque algunos sienten rechazo y otros lo sientan una idea atractiva, en muchos casos surge la duda: ¿Acabaremos rompiendo? ¿Se enamorará de otrx y me dejará? ¿Las parejas abiertas de verdad funcionan?  Para responder estas interrogantes, lo primero es aclarar qué es una pareja abierta.

Una relación abierta es una relación no monógama, donde ambos acuerdan tener relaciones íntimas fuera de la relación, sin que  esto se considere una infidelidad. De hecho, allí está la clave. En este tipo de parejas la fidelidad se entiende como el respeto al acuerdo, al pacto, donde la exclusividad sexual tradicional que se nos ha inculcado, no es parte de este.

 

Las parejas abiertas funcionan si…

Si tú y tu pareja están considerando abrir la relación, es muy importante que sea una decisión meditada y consensuada, que no se haga a la ligera. Para dar este paso han de conversar acerca del tema, exponer sus dudas e  incluso explorar juntos los pros y contras. En definitiva,  madurar la idea para estar seguros  que realmente es lo que ambos quieren y será positivo para la relación porque las dos partes quieren explorar la experiencia.

También debes tener en cuenta que es fundamental no hacerlo por obligación, por miedo o por no llevar la contraria ya que puede ser una forma de sometimiento de nuestro deseo. Las parejas abiertas funcionan cuando ambos están convencidos de la idea. Si alguno no quiere, puede ser muy dañino. En este caso, lo más recomendable es dar tiempo por si cambia de opinión y seguir hablando del tema cada vez que haya un cambio o dudas. Al final, si lo haces por compromiso o miedo a perder a la  persona amada, no va a salir bien.

 

Queremos abrir la relación, y ¿ahora qué?

Si estás en este punto, lo  primero  es revisar cómo está la relación actualmente y definir  cómo se quiere abrir la relación, bajo qué condiciones, por ejemplo: ¿Habrá exclusividad afectiva? ¿Son las dos personas que quieren experiencias sexuales fuera de la pareja o sólo una? ¿Vamos a conocer a la otra persona? ¿Puede venir a casa? ¿Usamos la misma cama? ¿Queremos tener información de esos encuentros, cómo han ido y qué va sintiendo nuestrox compañex sentimental? ¿Cómo nos protegemos de las infecciones de transmisión sexual? Algunas parejas hablan de determinada frecuencia para tener sexo con otras personas, si está permitido intimar con amigos o seres cercanos a la pareja o a veces decimos excluir a algunas personas en concreto (como un ex o alguien que nos desestabilice emocionalmente)

Si las condiciones del acuerdo se establecen clara y detalladamente desde el principio, como en cualquier contrato, las posibilidades de tener éxito, mientras las partes cumplan, son bastante buenas. Lo fundamental  es que ninguno resulte dañado, se sienta despreciado, excluido o abandonado, es decir, que no aparezca ese sentimiento tan normal y perjudicial a la vez: los celos.

 

Las parejas abiertas funcionan usualmente aplicando estos tips

– Mantener muy buena comunicación y respetar el acuerdo en todo momento.

– Abrir la pareja solo si se tiene una relación sana, esto no funciona en relaciones donde hay manipulación, celos, control o alta reactividad.

– Aclarar qué van a practicar, tanto a nivel de pareja como de forma individual.

– Si hay un miembro en una situación especialmente vulnerable (como pasando un duelo, un embarazo, etc) puede que se decida momentáneamente cerrar la pareja.

– ¿Repetir persona o no? Ninguna receta es para todo el mundo. Puedes explorar sopesando los riesgos con cuidado.

– Tomar las medidas necesarias para evitar contagiar alguna ETS a la pareja.

 

En mi experiencia, las parejas abiertas funcionan solo en relaciones muy seguras de sí mismas y con acuerdos bien definidos. Ambos integrantes deben estar convencidos de iniciar este tipo experiencia. Afirmar que las parejas abiertas funcionan no es una respuesta absoluta, como ves depende de muchos factores y antes de iniciar es bueno tomar en cuenta el riesgo que corre tu relación actual y lo que tienes con esa persona hoy.

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The Whale. Una mirada al argumento psicológico de este film

The whale. Hombre con obesidad morbida sentado.

Reflexiones acerca de este film

Quizá hayas escuchado hablar o incluso visto el famoso film “La ballena” (The Whale), disponible en los cines españoles, gracias al reconocimiento que ha recibido el trabajo del director Darren Aronofsky, quien explora el sentimiento de “la culpa”  desde la miseria y el sufrimiento del ser humano; y por la excelente actuación de Brendan Fraser (Charlie), un profesor universitario con obesidad mórbida, quien vive aislado por los límites de su propio cuerpo, hundido en la depresión, el duelo, y el remordimiento.

En The Whale vemos como Charlie, movido por el sentimiento de culpa por haber abandonado a su hija, cae en una profunda depresión, y se autocastiga refugiándose en la comida, llevándolo a padecer las graves consecuencias de la obesidad mórbida.

The Whale es una historia para reflexionar, sobre todo porque en muchas ocasiones atravesamos momentos muy difíciles, vinculados al sentimiento de culpa, por lo que hicimos o dejamos de hacer. Y si nos quedamos enganchados en el pasado, difícilmente podremos reivindicarnos e incluso avanzar en el presente.

 

La culpa

La culpa es un sentimiento que notamos en nuestro cuerpo-mente de forma muy desagradable. Suele venir acompañado de angustia y sensación de desasosiego. Nos convierte en jueces implacables de nosotros mismos. La culpa es de los sentimientos que usamos más disfuncionalmente. Nuestra cultura judeo-cristiana tiene una conexión muy fuerte con esta emoción, que ocupa un gran espacio en nuestro universo mental. Más del que creo sano y productivo. Si tenemos en nuestro bagaje biológico esta emoción, es porque, como todas las emociones, viene a decirnos algo. La culpa es una señal de alerta que nos avisa, es como una alarma que nos llama la atención cuando nos alejamos de nuestros valores. Si la aprendemos a gestionar, también puede ser una oportunidad de crecimiento personal muy valiosa.

 

El autocastigo

La culpa está muy relacionada con el autocastigo. Al sentirnos mal con nosotros mismos por la falta de aceptación, tendemos a estigmatizarnos con un diálogo interno hiriente e implacable.

De niños aprendemos que para pasar de la desaprobación a la aprobación debemos sentirnos culpables y luego corregir nuestro comportamiento para adaptarlo a lo que  agentes externos (familia, círculos sociales, religión, prejuicios, estereotipos, entre otros) establecen como correcto. Así, cuando de adultos nos encontramos en situaciones similares, adoptamos un comportamiento autocastigador, donde somos nuestros jueces más severos y despiadados, con todas las consecuencias que implica para nuestra autoestima.

 

¿Qué debo hacer para superar la culpa?

  1. Ordenar nuestro propio sistema de valores. Se trata de identificar tus propios sentimientos, conocer tus deseos y necesidades, dejando atrás creencias limitantes que no vayan en concordancia con tu forma de pensar de tu adultx actual.
  2. Identificar la causa y sus manifestaciones. Es muy importante comprender qué te pasa. ¿Puedes identificar la situación que te ha generado esta culpa? ¿Está actualizada con tu sistema de valores presentes? Escucha lo que tu cuerpo te está diciendo al respecto.¿Sientes ansiedad, angustia, tristeza? ¿En qué parte del cuerpo lo notas? ¿De qué forma son estas sensaciones físicas? Cuáles son tus órganos o zonas más vulnerables que te están diciendo que te sientes culpable o angustiadx.
  3. La aceptación. Una vez identifiques la causa de ese sentimiento de culpa, puedes intentar amigarte con la idea de cometer errores. Por los motivos que sea, puedes haber hecho algo mal o de lo que te arrepientes. Esa acción puede ser lamentable, pero no eres todx tú. Tú eres mucho más que ese error. La capacidad de aceptar lo que hay, sin negarlo, rechazarlo o reprimirlo es un acto enormemente liberador. Se trata de aprender a aceptar como actitud.
  4. Convertir la culpa en responsabilidad: Está claro que no podemos cambiar el pasado, pero sí podemos enmendar los errores. En este caso, la culpa actúa como señal de alerta e indica que tenemos la responsabilidad de cambiar nuestra forma de actuar, desde ya. A veces es tan simple como decir “lo siento”, revelar la verdad o renunciar a la causa de la incongruencia. En otros casos, puede ser más complejo, pero se trata de tomar las acciones que sean necesarias para corregir la situación que nos lleva a la culpa. Enmendar responsablemente puede ser una acción maravillosa y liberadora.
  5. La experiencia siempre deja un aprendizaje: Te invito a que analices la situación y reflexiones: ¿Qué he aprendido de mí mismo, de los demás o de mi entorno? Frente a otra situación similar ¿Quieres responder de forma diferente la próxima vez? Puedes plantearte pasos concretos a seguir que te aporten más y te enriquezcan de aquí en adelante.

La culpa, el autocastigo, y todo el malestar que genera, es un proceso por el que todos hemos pasado o pasaremos a lo largo de nuestra vida. Si estás experimentando grandes dificultades en avanzar por ese camino, puedes consultar una psicóloga con quien construyas una perspectiva diferente, trabajando en el perdón y la aceptación.

¿Sientes que no puedes controlar los celos?

Los celos: un problema muy común en las parejas

Trabajar los celos en terapia de pareja es uno de los problemas más comunes que los terapeutas abordamos. Sobre todo cuando se sospecha o ha habido una infidelidad, minando la confianza en el vínculo. Ahora bien, vamos a definir ¿qué son los celos?.

Según el diccionario de la Real Academia Española los celos son la sospecha, inquietud o temor de que la persona amada deposite su cariño en otra. Reflexionando sobre esta definición de los celos, a mí me conecta de inmediato con la pretensión de exclusividad en el mundo afectivo del otro. Querer ser el centro exclusivo. El único y exclusivo interés de mi pareja.

Recordemos que no siempre los celos son por un posible amante; también podemos estar celosos de uno de los hijos, del trabajo de la otra persona, de otro miembro de la familia o hobby que requiere (en exceso para el celoso) la energía o el cariño de la pareja.

Emociones relacionadas con los celos:

Cuando estamos celosos creemos que nuestro lugar se ve desafiado, nos sentimos tristes, nos podemos sentir excluid@s, abandonad@s. Hay una sensación de aislamiento, como si se creara una distancia con la otra persona.

Los celos y nuestros pensamientos:

Los celos hacen que nuestros pensamientos nos mantengan en constante comparación con otros “no me coge el teléfono porque está con la otra”, “quiere más al otro que a mí”, empezamos a contar las virtudes y defectos de cada una de las partes como si fueran los goles de un partido: 1-0, 1-1. Y como esta comparativa es muy irracional, lo más probable es que salgamos perdiendo siempre.

3 tips que te ayudarán a gestionar mejor los celos

Lo primero es recordar que los celos son sentimientos normales. Por ejemplo, cuando somos niños/as y nace un herman@ que nos destrona del centro del universo afectivo de nuestros padres, surgen los celos;  cuando un amigo/a prefiere otro plan donde no estoy incluido/a, también. Podemos estar celosos de que ascienda otra persona al trabajo y no nosotros. No es raro sentirse celoso, es desagradable como emoción, pero no es nada raro. Lo importante es aprender a gestionar los celos para sentirte mejor y a su vez mejorar tu relación de pareja. Aquí te cuento

  1. Escuchar las sensaciones en el cuerpo. Podemos concentrarnos con técnicas de mindfulness y explorar qué forma concreta adopta esa sensación corporal en mi experiencia presente: ¿Siento la respiración entre cortada? ¿Siento el pecho como apretado? ¿Pesado? ¿Angosto? Si bajamos a la sensación física podemos darnos cuenta de que: no es agradable, pero definitivamente es soportable. Tienes disponible más información acerca del midfulness y cómo practicarlo  con el Dr. Marcial Arredendo en  mindfulnessypsicologia.com
  2. Cuida de ti. Quizás te parezca extraño encontrar este tip en un artículo sobre celos, pero si realmente cultivas relaciones sanas, comes saludable, cuidas tu calidad del sueño, tienes un trabajo que te apasiona, trabajas tu crecimiento personal y espiritual, tendrás muchas esferas gratificantes y no te centrarás en una única fuente de bienestar y de amor.
  3. Cultiva la confianza. Los vínculos entre las personas son dinámicos y no estáticos. No sabemos que puede llegar a pasar. Pero tanto si siguen juntos como si no, lo importante es que tú estés bien, y esto es definitivamente posible.

De igual forma, me gustaría destacar que la comunicación efectiva en la relación de pareja es muy importante. Comunicar con eficacia y con cariño, pensando en construir en lugar de destruir, va a ser un pilar fundamental. Te propongo hacer el ejercicio de comunicación en pareja que  tiene esta finalidad, mejorar nuestra consciencia y comunicar sin juzgar para crecer juntos.

Por último, me gustaría comentar que cuando me documentaba para escribir, todos los ejemplos que encontraba eran de parejas cerradas. Para las personas que están participando en vínculos abiertos, trabajar la confianza en un@ misma@, en el no-control, no-miedo, se hace fundamental para seguir viviendo esos vínculos con placer, cariño y cuidado, y no desde el temor, la tristeza y la rabia que nos generan los celos. Es muy importante conectar más con tu fuerza interior para sobrellevar las situaciones difíciles.

Si con todo lo que he mencionado crees que no puedes hacerlo sola, considera que un psicólogo/a especializado puede ser un excelente acompañante en el camino.

Te deseo un nuevo ciclo cargado de cremiento

Te deseo

Te deseo…

“Aceptación de lo que no podemos cambiar, y motivación para cambiar lo que sí podemos”.

Escribí este artículo porque me gustaría expresarte qué “te deseo” en este nuevo año. Por eso, en esta oportunidad quiero compartirte unas palabras que la psicóloga argentina Mirta Medici escribió hace unos años atrás y que se extendieron rápidamente por las redes.

Escogí este mensaje porque me inspira aceptación de lo que no podemos cambiar y motivación para cambiar lo que sí podemos. Allí van…

“No te deseo un año maravilloso donde todo sea bueno. Ese es un pensamiento mágico, infantil, utópico. Te deseo que te animes a mirarte, y que te ames como eres. Que tengas el suficiente amor propio para pelear muchas batallas, y la humildad para saber que hay batallas imposibles de ganar, por las que no vale la pena luchar. Deseo que puedas aceptar que hay realidades que son inmodificables, y que hay otras, que si te mueves del lugar de la queja, puedes cambiar… no te permitas los “no puedo” y reconozcas los “no quiero”… que escuches tu verdad, y  la digas, con plena conciencia de que es sólo tu verdad, no la del otro… te expongas a lo que temes, porque es la única manera de vencer el miedo… Aprendas a tolerar las “manchas negras” del otro, porque tú también tienes las tuyas, y eso anula la posibilidad de reclamo. Que no te condenes por equivocarte; no eres todopoderoso. Que crezcas, hasta donde y cuando quieras… Te deseo que logres ser feliz, sea cual sea la realidad que te toque vivir.” Mirta Medici (adaptación del texto).

Cada comienzo de año es un comienzo de ciclo. A los humanos nos cuestan enormemente los cambios. Nos resistimos a ellos, a veces estancándonos en zonas de confort nada confortables ¡Qué ironía! Por eso te deseo que en esta etapa nueva de 365 días te llenes de valor para cambiar lo que puedas cambiar.

Aprender a aceptar como actitud.

Así mismo, quisiera animarte a trabajar la aceptación, que muchas veces se confunde con resignación, lo cual es totalmente equivocado. Para este fin, puedes intentar amigarte con la idea de cometer errores. Por los motivos que sea, puedes haber hecho algo mal o de lo que te arrepientes. Esa acción puede ser lamentable, pero no eres todx tú. Tú eres mucho más que ese error . Te deseo, que comprendas que la capacidad de aceptar lo que hay, sin negarlo, rechazarlo o reprimirlo es un acto enormemente liberador. Se trata de aprender a aceptar como actitud.

Te deseo que este ciclo te vea crecer.

Sin miedo al cambio

Sin miedo al cambio. Se ve el amanecer en un paisaje.

Cómo acturar sin miedo al cambio (No fear change).

¿Cómo saber si estoy tomando una buena decisión?¿Por qué dudamos tanto para tomar una desición?

Las emociones son nuestra brújula interior y conscientes o no, tomamos muchas decisiones movid@s por ellas. El miedo y el amor son las dos emociones centrales que nos limitan o nos expanden respectivamente.

Insisto, ¿Cómo sé que estoy tomando una buena decisión? Para obtener un respuesta más certera, puedes hacerte esta pregunta poderosa: ¿Estoy haciendo esto desde el amor o desde el miedo? Cada vez que actuamos desde el miedo, nos limitamos, nos volvemos más pequeños, reforzamos nuestra sensación de no-valer o no ser suficientes, por eso es tan importante trabajar el actuar sin miedo al cambio.

Cuando actuamos desde el amor.

Al contrario, cuando actúo desde el amor, me comparto, me expando, crezco y me vuelvo cada vez más libre. Por eso, me encanta esta idea de “sin miedo al cambio” o “sin temer al cambio” (no fear change), no porque “hay que ser fuerte” o por la cultura del “tú puedes” o de “luchar para llegar a un determinado lugar”, generalmente impuesto desde fuera ¡No, para nada!. Es para permitir el miedo en nuestra vida como una emoción más de todas las posibles.

En tal sentido, la idea es permitir, aceptar, honrar, y ser conscientes de que la única misión del miedo es protegerme. Pero si no me está protegiendo y me limita, entonces, puedo darle las gracias y dejarlo seguir su camino. Yo me engancho al amor y siempre sin miedo al cambio. Feliz semana. 

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