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Sesión de terapia. Nos volvemos a ver.

Despacho sesión terapia presencial Valeria Duarte

Sesión de terapia presencial

El domingo 3 de mayo, por la tarde, se publicó en el BOE la orden SND/388/2020 “por la que se establecieron las condiciones para la apertura al público de determinados comercios y servicios luego del confinamiento…” ¡Así que podemos iniciar la sesión de terapia presencial!

¡Tengo tantas ganas de volver a disfrutar del espacio de la consulta! También deseo hacerlo con toda la prudencia y las medidas de precaución para tod@s.

Lo haremos de esta manera:

Para la sesión de terapia psicológica presencial, siempre con cita previa y sin usar sala de espera (tal como hasta ahora).

Mantendremos una distancia de dos metros: ¡es mucho! pero hay que cumplirlo ya que de lo contrario tendría que haber una mampara y no puedo imaginarme esta situación. La mascarilla es obligatoria cuando no se pueda mantener una distancia de dos metros entre paciente-terapeuta. En nuestro caso sí podemos.

Habrá una limpieza con desinfectante -dilución de lejía (1:10)- y ventilación adecuada entre cada sesión. Por eso ahora necesito de unos 15 minutos entre paciente y paciente.

Al entrar al espacio, te pediré que desinfectes tus manos con una solución  hidroalcohólica y te ofreceré un rociador con alcohol para tu ropa (opcional).

No se pueden utilizar los aseos durante la sesión de terapia, salvo en caso estrictamente necesario. Si tienes que usarlos, habrá una limpieza de sanitarios, grifos y pomo de la puerta.

Habrá una limpieza al acabar el día, pero también entre un paciente y otro de las superficies de contacto y lugares comunes.

Cuando hayamos concertado una sesión de terapia, te extenderé un certificado para que circules sin infringir ninguna norma y totalmente seguro/a, indicando día y hora. Un certificado por sesión de terapia.

Aquí debajo te comparto el artículo del COPC donde hay más aclaraciones y un modelo de certificado.

https://www.copc.cat/ct/noticias/1093/El-Gobierno-autoritza-l-atencio-presencial-als-centres-de-psicologia-a-partir-del-4-de-maig

Estoy muy feliz de volver a vernos.

Amor consciente

amor consciente. dos manos en forma de corazón

El amor consciente…No tendríamos que esperar a un día especial como el anviersario de bodas o el día de San Valentín para recordarnos que estamos en una relación. Personalmente me encanta darme cuenta de cuánto implican para mí las personas que amo. Es increíble como las damos por sentado: las relaciones, las personas que amamos, como si fueran a estar allí para siempre. 

Con amig@s, novi@s-marid@s ;), familia, siempre nos podemos beneficiar de dar un paso atrás para apreciar todo el amor que hay en nuestra vida y tomarnos algo de tiempo para cultivar estas relaciones.

Empezar por el amor a uno mism@

Para poder conectar con los demás, primero hay que cuidar a la persona que nos acompaña siempre: nosotr@s. De eso se trata el amor consciente: consiste en dar amor sientiendote pleno y seguro de ti mismo para así poder ofrecer felicidad y equilibrio a quien se ama. Como Sharon Salzberg nos recuerda, tod@s somos merecedores de amor sólo por el hecho de existir. No hay que hacer nada para ganarlo ni merecerlo: nada extraordinario, nada particular, nada en absoluto, es el derecho radical de todo ser viviente. 

Me gusta realizar una meditación que se llama “Abriendo el corazón” para conectar con nuestra parte compasiva. Trabajemos en el amor a nosotr@s mism@s. Una herramienta que nos ayudará con el amor consciente.

Para hacer esta meditación por tu cuenta, puedes seguir los siguientes pasos:

1) Imagina que estás dentro de un círculo de gente que te ama. Siéntate con tus ojos cerrados, respirando normalmente, imaginándote en el medio de un círculo de la gente más capaz de dar amor que hayas conocido jamás. Puede ayudarte pensar en personas que han sido muy cuidador@s y empoderador@s contigo. Recibe el amor de los que te aman. Experimenta cómo recibes esa energía de cuidado, atención, cariño y la consideración de todos estos seres en tu círculo de amor. 

2)Envíate el amor a ti mismo al darte este mensaje: Que pueda estar a salvo, Que pueda ser feliz, Que pueda estar sano. Que pueda vivir con comodidad en el corazón.

3) Observa cómo te sientes cuando recibes amor. Cualquiera que sea la emoción que surja, simplemente dejas que te bañen. Y repítete a ti mismo: Que yo esté a salvo, Que sea feliz, Que sea saludable. Que pueda vivir con comodidad en el corazón.

4) Ábrete a recibir amor. Imagina que tu piel es porosa y que entra esta energía cálida y amorosa. No hay nada especial que debas hacer o ser para merecer este tipo de cuidado amoroso. Es simplemente porque tú existes.

5) Envía atención amorosa a las personas en tu círculo. Puedes permitir que esa cualidad de bondad amorosa, compasión y cuidado que sientes hacia ti fluya directamente hacia el círculo y luego hacia todos los seres en todas partes, para que lo que recibas se transforme en dar. Que todos estemos seguros, Que todos seamos felices, Que todos estemos sanos. Que todos vivamos con comodidad en el corazón.

Usar la rabia como herramienta de Mindfulness

mujer respirando profundo para sacar la rabia

Todos tenemos días donde realmente las cosas nos sacan de quicio y nos sentimos llenos de rabia: un conductor imprudente, los berrinches de los niños, un marido que no acompaña, el jefe que demanda sin supervisar, injusticias que vemos en la calle y el sin sentido de nuestra situación política, sólo por mencionar algunos.

En lugar de dejarnos arrastrar por la rabia, la frustración y la ira, podemos apostar por otra manera de responder con mindfulness para que no se nos arruine el resto del día. La próxima vez que te sientas a punto de perder los estribos, puedes probar alguna de estas formas para estar en el presente.

Contrarrestar la tensión en tu cuerpo: las respiraciones profundas e intencionadas funcionan para calmar los sensaciones que el estrés causa en el cuerpo. Tomar una respiración profunda para relajarse en sí mismo no es algo nuevo. Muchas personas toman algunas respiraciones profundas cuando se sienten abrumadas por el estrés, la rabia, y la frase “solo respira” o “just breath” aparece camisetas, centros de yoga y anuncios de lo que sea.

La respiración profunda, también llamada respiración abdominal o diafragmática, forma parte de muchas terapias y técnicas de control de estrés o relajación. Sin embargo, hay un problema fundamental con las técnicas de modificación de la respiración. La mayoría de las personas no está completamente consciente de la capacidad de sus pulmones ni tiene una afinada consciencia corporal. En consecuencia, no inhalan ni exhalan por completo.

Cuando empezamos a hacer ejercicios con nuestra forma de respirar podemos descubrir cosas asombrosas.

Podemos ponernos en contacto con nuestra respiración con una forma simple pero efectiva de respiración profunda llamada respiración intencional. A diferencia de otras técnicas de respiración, el énfasis aquí es permitir el flujo natural de la respiración. Antes de comenzar, hay un par de cosas importantes que recordar:

Primero, esta es una práctica. Puede que al principio te sientas extrañ@, incómod@ o creas que es difícil. Eso es lo que suele pasar al intentar algo que nunca antes has intentado 😉 Sé amable contigo mism@ y prueba esta experiencia como un juego en lugar de ser algo que debe ser dominado inmediatamente.

En segundo lugar, si por alguna razón te sientes realmente incómod@, está bien que te tomes un descanso o incluso interrumpas el ejercicio y vuelvas a intentarlo en otro momento.

Cómo practicar la respiración intencional:

1) Siéntate cómodamente y observa tu respiración natural. Busca una posición cómoda, sentad@ en una silla o tumbad@ boca arriba. Comienza a observar tu respiración tal como es. Observa dónde fluye la respiración: pecho superior, parte inferior del vientre, frente, espalda o costados. Mientras lo haces, trata de evitar hacer un juicio sobre cómo estás respirando o crear una historia.

Como si fueras un científico que observa cuidadosamente su experimento, nota si puedes examinar todos los detalles de tu respiración de uno en uno y tomar notas mentales sobre ellos. Observa cómo estás respirando. Tal como es tu respiración ahora. Es posible que hayas notado que el acto de observar su respiración reduce la velocidad de su respiración.

2) Pon tus manos sobre tu pecho y tu vientre. Coloca tu mano derecha en tu esternón en el centro de tu pecho. Sitúa tu mano izquierda de manera que tu pulgar quede por debajo de tu ombligo. Continúa respirando normalmente. Fíjate si estás respirando más en la mano derecha o en la mano izquierda. Observa si puedes resistir la tentación de cambiar la respiración.

Respira tan normalmente como puedas y nota la sensación de cómo es estar en tu cuerpo, respirando normalmente. ¿Cómo se siente? ¿Qué notaste? Continúa por al menos 10 respiraciones. Seguiremos con más prácticas de respiración intencionada en las meditaciones guiadas del primer viernes de cada mes, pero estas nociones, fáciles de hacer por tu cuenta son una buena guía para empezar.

Otra alternativa para transformar tu rabia, es reemplazar tu reacción de enojo por otra cosa. Quizás chillar y tener ganas de pegar puede ser tu primera reacción natural, pero si luego de sentir este impulso, te inclinas por cultivar la paciencia, tendrás mucha más salud a largo plazo.

Me encanta la definición de Jon Kabat-Zinn sobre la paciencia. Él dice que es una forma de sabiduría -¡sin duda!- demostrando que comprendemos y aceptamos el hecho de que, a veces, las cosas se tienen que desplegar cuando les toca.

La paciencia puede ser una cualidad especialmente útil para invocarla cuando nuestra mente está agitada, y puede ayudarnos a aceptar desde el vacío que nos provoca la incertidumbre, hasta nuestras tormentas de disgustos cotidianos.

Tener paciencia consiste en estar abierto a cada momento, aceptándolo en su plenitud y sabiendo que las cosas se descubren en el momento que les toca.

Espero que encuentres momentos para vivir atent@ esta semana.